jueves, 6 de agosto de 2015

Siete años

Alguien le había dicho alguna vez que siete años era el tiempo exacto que duraban los ciclos en la vida de las personas. Y que, después de ese tiempo, no valía ya intentar agarrarse a las cosas que le habían servido hasta entonces. 

Y en ese momento se dio cuenta de que llevaba parado, allí, sin moverse, esos siete años. Mirando a su siguiente ciclo desde el borde del acantilado. Con los dedos de los pies sobresaliendo un poco del borde, pero sin atreverse a dar el salto.