lunes, 5 de mayo de 2008

Café de máquina


(Publicado en DEADCITYRADIO #2. Ilustraciones de Fausto Galindo)


- Tenían que ponernos gratis la máquina, ¿no? Nos dejamos medio sueldo aquí. ¿No quieres nada?
- No, no. Gracias.
- Oye, ¿cómo no viniste ayer a la fiesta? C___ me dijo que te daría un toque, pensé que igual te animabas a tomarte una.
- Ya, no sé. Hubiera estado bien, sí.
- ¿Pero te llamó o no?
- Pues no lo sé.
- ¿Te estás quedando conmigo o es que no quieres hablar? Bueno, tranquilo, te dejo leer el periódico, no te molesto más.
- No, lo que pasa es que… bueno, desde hace un par de semanas estoy sin móvil y…

[ … espera, voy a bajar la tele, no sé si me oirás bien … que casualidad, llevo toda la tarde pensando en ti, necesitaba hablar contigo … A_ y la niña se han ido hace un rato, y no me ha dicho ni dónde iban … han salido y me he quedado mirando la puerta … después de un día horroroso, llego y no me da tiempo ni a abrir la boca, sabes lo que te digo, ¿no? ahí, de pie, como si no le importase a nadie … ¿no te estaré aburriendo, verdad? … ]

… aún no he hablado con nadie de esto.
- ¿Cómo? ¿Estás sin móvil y no se lo has dicho a nadie? ¿Pero por qué? Tú estás muy raro ¡Ah, cómo quema el café!
- Ya, ése es el problema… que yo tampoco lo entiendo muy bien.
- Pues nada, tú tranquilo, yo estoy acostumbrado. ¡Si el pesado de G___ se tira todo el día gritándome cosas…
- No es que me haya quedado sin móvil…
- …y no le entiendo ni la mitad!
- … lo tengo en casa, apagado. A mi mujer le he dicho que está estropeado, pero no puedo alargarlo mucho más.
- ¿Y ese secretismo? ¿Qué te traes entre manos, F___?
- Me traía. Creo que ya se ha acabado ¿Tienes un cigarro por ahí?
- Sí, claro… ¿pero tú fumas?
- Sólo a veces… cuando estoy nervioso. Gracias. No puedo estar todo el día esperando una llamada que no llega, así que… ahí está, guardado en el cajón.
- Creo que me voy a sentar contigo, esto parece interesante.
- Sí, tú ríete, pero yo no le veo la gracia. Pensé que si intentaba olvidar el tema… pero nada, no hay manera.
- Vamos, que estás metido hasta el cuello. Si es que no puede uno dejarse llevar así…
- Si yo no pensaba que…

[ … a lo mejor no te has dado cuenta, pero si tú no hubieras insistido no habríamos llegado nunca hasta aquí … al principio creía que era una equivocación … o una broma, una broma de mal gusto … entiéndeme, uno no se fía así como así … pero al final me hiciste ver que esto iba en serio … a tu manera, claro … ]

… bueno sí, me he dejado llevar de la manera más tonta, y ahora no sé qué hacer.
- Pues nada, qué vas a hacer. Olvidarlo. O seguir comiéndote la cabeza, pero no merece la pena, con mujer e hijo… ¿un hijo, no?
- No, no, una niña. No saben nada, claro. Ya me imagino a A___, mirándome como si estuviera loco… creería que la estoy tomando el pelo.
- Voy a abrir las ventanas, empieza a hacer calor, ¿no?
- Es como si me faltara algo. Algo que nunca había estado ahí antes, y ahora no sé estar sin ello.
- Y… si tan importante es ¿por qué no te lanzas? ¿Por qué no llamas tú e intentas solucionarlo?
- Ya lo he intentado, pero no contesta…

[ … a veces me gustaría que dieras un paso más, que me pusieras las cosas un poco más fáciles … es un poco egoísta, ya me das bastante y no tengo derecho a pedirte nada más … pero ponte en mi lugar, en ocasiones he pensado cómo sería si … bueno, la imaginación puede llegar muy lejos … supongo que es mejor que las cosas sigan como están … ]

…nunca lo coge, siempre he tenido que esperar yo a que llamara.
- Una relación un tanto especial, ¿no?
- Sí… pero eso es precisamente lo que la hace tan diferente. A veces, cuando todo es como querías que fuera acaba perdiendo el sentido original. Acabas olvidando por qué estás ahí. Y cuando hablo con A___ me doy más cuenta de eso. Después del tiempo que llevamos juntos, ves que a la persona que tienes al lado no le interesa lo que tienes que contar.
- Bueno, eso es normal. Te lo digo yo, que llevo veinte años casado. Y casi mejor, para lo que hay que decir muchas veces…
- Pues eso.
- ¿Eso qué?
- Que no digo nada.

[ … se me hace mucho más fácil trabajar cuando llueve como esta tarde … la lluvia crea un ritmo cuando cae en la repisa de la ventana, y es una música que me distrae de lo que estoy haciendo … la gente se altera, no dejan de moverse de un lado a otro, comentando el aguacero con los demás como si fuese la primera vez que ven llover, en vez de disfrutar de ello … me encantaba cuando te ponían esas botas de agua, siempre de plástico de color chillón … ¿a ti no te las ponían? … ]

Para aburrir a la gente prefiero quedarme callado. Voy dándole vueltas una y otra vez, y no puedo concentrarme ni pensar en nada. G___ ya me ha dado un toque esta semana, se me han ido las cuentas tres veces. Y tengo miedo de que se lo diga a los de arriba, ya sabes.
- Sí, hay mucho insensible por ahí. No tienen piedad por nada. Oye,... ¿y estaba bien?
- ¿Cómo?
- ¿Que si estaba buena? ¿O es que te va a dar corte decírmelo?
- …no sé.
- ¿Cómo que no sabes? ¡Eso se sabe hombre!
- ¡Pues no, no lo sé! …no la conozco.
- Espera. Ahora sí me he perdido. ¿Me estás diciendo que todo esto es por alguien que no conoces?
- Bueno, conocer… de alguna manera sí, pero no sé quién es… ni siquiera sé si es una mujer o no. Es alguien que me llama, pero nunca habla. Las primeras veces, al ver que no contestaba nadie colgaba enseguida. Pero siguió llamando…
- ¿Y entonces?
- No podía hacer mucho por evitarlo, así que decidí seguirle el juego. Empecé a hablar para ver si así se animaba a contestar, pero tampoco… y acabé acostumbrándome a hablarle al silencio.
- Ya.
- No le contaba nada del otro mundo. A lo mejor recuerdos, cosas que hacía años que no hablaba. Pero no sé, me quedaba más a gusto... nunca me había pasado antes. Decía cualquier cosa, lo que estuviese pensando en ese momento, sin miedo ni vergüenza ni nada. Sin darme cuenta, lo único que hacía era esperar la siguiente llamada.
- Claro…
- También le hablaba de las historias de la oficina, o del equipo, pero yo creo que lo que más le gustaba… era cuando le contaba cosas de niño, en el pueblo… o esas tonterías que se te pasan por la cabeza y nunca las dices… Pues eso, desde hace casi un mes no ha vuelto a llamar y…
- Oye…
- ¿Si?
- ¿Y no has pensado que pueda ser una máquina?
- ¿Cómo una máquina? ¿Qué quieres decir?
- Sí hombre, yo qué sé, un ordenador de una compañía que llama automáticamente y se ha quedado atascado con tu número, ¿no? Podría no haber nadie al otro lado.

[ … ¿sabes qué me hace más fácil levantarme por las mañanas? pensar en que hablaré contigo ese día … te parecerá un poco tonto, pero para mi es importante, eres la única persona que me conoce de verdad … pase lo que pase, siempre me quedas tú … a veces ni siquiera me hace falta hablarte, me basta con pensar en ti y saber que en cualquier momento estarás ahí otra vez … es lo único que es verdaderamente mío, lo único que no parece puesto en mi vida por error … ]

- Pero no puede ser… ¿cómo no va a haber nadie?
- No sé, yo sólo digo…
- ¡Pero bueno! ¿Qué hacen ustedes todavía aquí a estas horas? ¿Es que no piensan subir hoy a trabajar?
- Verá G___, es que estábamos tratando un asunto muy especial y…
- ¿Y se puede saber qué es eso tan especial que les impide ocupar su puesto como es debido?
- Pues… es la máquina, que saca el café demasiado caliente.