lunes, 8 de septiembre de 2008

Vertical, siete letras: abertura en la pared (II)


Domingo, 26 de diciembre de 1.999

La calvicie parece ser una metáfora de la vida, no te das cuenta de lo que te ha pasado hasta que lo ves ahí, plantado enfrente del espejo, y sin solución posible. Menos mal que nunca he tenido demasiados complejos, y luzco mi cabeza brillante con orgullo.

Lunes, 27 de diciembre de 1.999

Horizontal, nueve letras: sentimiento o turbación del que se siente humillado o culpable.

Martes, 28 de diciembre de 1.999

Fue poco después del accidente, mi tío Eugenio vino a casa y me dijo que no me preocupara de nada, que me conseguiría un trabajo. Él me conocía desde que nací, así que sabía de sobra el tipo de trabajo que yo era capaz de desempeñar. No fue difícil, el tío Eugenio es redactor jefe de uno de los periódicos nacionales de mayor tirada.

Jueves, 30 de diciembre de 1.999

En estos días es más difícil que de costumbre estar con la gente. Además de este frío que le quita a cualquiera las ganas de nada, parece que todo el mundo esté hibernando a la espera de la gran noche. Como si sus vidas fueran a cambiar de repente en ese momento y nada volviera a ser igual, y todos sus problemas se quedaran anclados en el año anterior. Debe ser por eso que al día siguiente es más difícil aún tener contacto con alguien. Estarán asimilando que el cambio de calendario no trae ninguna ventaja por sí mismo.

Sábado, 1 de enero de 2.000

¡¡Nieve!! Parecía increíble, pero el año nuevo sí ha traído algo bueno. Hacía mucho tiempo que no me encontraba con una sorpresa así al levantarme. He notado una humedad rara en el ambiente, me he asomado, y ahí estaba, blanca y virginal, sin que nadie la hubiera estropeado aún a las diez de la mañana, de no ser por algunas huellas en la acera que indicaban que alguien había acabado la noche hacía poco.

Viernes, 7 de enero de 2000

Los reyes magos, esos tres benditos ancianos montados en camello que nos alegran durante unos días hasta a los más infieles a estas fiestas, se han vuelto a portar bien conmigo. Y sí, la gente sigue hablando así de ellos, como si además de existir tuvieran poder de decisión para no concedernos nuestros deseos si juzgaran que no somos merecedores de más por nuestros deméritos de todo el año. Mi colección de coches y tramos de excalectric ha vuelto a aumentar este año, y ya llevo dos días perdiendo el tiempo como un tonto viendo a los coches dar vueltas sin parar por los múltiples recorridos que diseño uno tras otro. Y es entonces, cuando logras concentrarte únicamente en los coches, cuando tus ojos siguen fijamente todos sus movimientos evitando que la mente pueda distraerse con cualquier otra cosa, cuando todo parece encajar. Podría estar así todo el día, sin comer, sin beber... con los coches dando vueltas en el suelo de la habitación.

Sábado, 8 de enero de 2.000

Horizontal, ocho letras: dícese de la persona que aún no es adulta, que no ha llegado a su madurez.

Miércoles, 12 de enero de 2.000

He tenido que llamar al servicio técnico esta mañana, el vídeo ha dejado de funcionar misteriosamente. No es algo que me agrade en absoluto, pero supongo que puedo pasar por encima de ello.

Jueves, 13 de enero de 1999

El mundo de las seis cuerdas se puede resumir en un nombre y un apellido: John McLaughlin. Sé que puede parecer exagerado, y más teniendo en cuenta la larga lista de mitos que la guitarra ha ido dejando en herencia a lo largo de este siglo. Pero en ningún caso pueden ni deben comparase a este monstruo que ayudó a dar vida a discos legendarios como “Bitches brew” o “In a silent way” de Miles Davis, aparte de colaborar en múltiples obras de gente como Wayne Shorter, Stanley Clarke o incluso Paco de Lucía. Sin olvidar discos propios como el genial “My goals beyond” o su primer disco en solitario “Extrapolation”, de 1969, y que esta misma noche he sacado con entusiasmo del cajetín metálico del buzón.

Viernes, 14 de enero de 2.000

Otra vez ha habido tormenta de viento esta tarde. No me molesta especialmente, es sólo que cuando salgo tengo que limpiar todo lo que los árboles ya no quieren a estas alturas de año, y que inexorablemente viene a parar aquí. Supongo que podría arreglármelas con dos o tres hojas y algún presunto resto de rama por ahí, pero mi pulcritud hace que salten a mi vista como enemigos que deben ser exterminados al instante para ocupar tranquilamente mi puesto de nuevo durante un rato.

Sábado, 15 de enero de 2.000

Esta tarde hay un partido de fútbol de esos que llaman del año, o del siglo, así que las calles estarán desiertas, y todo el mundo vivirá durante dos horas pendientes de un balón. El fútbol es el ejemplo perfecto de lo que yo llamo alegría virtual. Si no puedes alegrarte por las cosas que tú has conseguido o te han pasado, alégrate por las que le pasan a tu equipo. O lo que es peor aún, si no tienes bastante con lo tuyo, espera a que a tu equipo le caiga una buena esta noche...

Domingo, 16 de enero de 2.000

Vertical, siete letras: que puede producir un efecto que no existe en la realidad.

Martes, 18 de enero de 1.999

Va a hacer nueve años la semana que viene. Era la boda de mis primos de Murcia, pero todo el mundo tenía claro que mis padres irían sin mí. Una llamada de teléfono a las tres de la noche, una frase entrecortada, un escalofrío, y un golpe seco contra el suelo. Me desmayé, no podía ser de otra manera. Aún hoy me basta con mirar durante más de tres segundos la foto que sigue en su mesilla de noche para que un ejército de lágrimas se agolpe esperando deslizarse por mis rosadas y carnosas mejillas, pero la mayoría de las veces consigo detenerlas. A mi edad, hay cosas que se suponen que uno ya no debe hacer.

Miércoles, 19 de enero de 2.000

Horizontal, nueve letras: espacio o tiempo entre dos cosas o sucesos
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Jueves, 20 de enero de 2.000

La última vez que la vi fue hace dos semanas, y parece que cuanto más tiempo pasa entre esos momentos en los que estamos lo más cerca posible uno del otro, más triste me pongo. Y tengo que reconocer que pierdo también más tiempo pensando en ella. Mirando a cualquier parte, con la mirada perdida, y pensando en ella. Pero merece la pena por sentir ese cosquilleo en el estómago que me deja totalmente indefenso, que hace que mis extremidades no parezcan mías, y que llena totalmente mis sentidos como la espuma de una cerveza rebosa por encima de la jarra.

Viernes, 21 de enero de 2.000

Horizontal, cuatro letras: sentimiento afectivo que busca el bien y desea poseerlo.

Lunes, 24 de enero de 2.000

Las nueve de la mañana de un lunes. Intento imaginarme la escena en estos momentos en un vagón de metro. Moviéndote bajo tierra, como si fueras un gusano de la ciudad, y con la única visión de dos muros a escasos palmos. Cientos de personas peleándose por unos centímetros cuadrados. Las miradas, a centímetros de distancia. El aliento en la nuca, el roce constante. Imposible esconderse. ¿Puede alguien pensar en una tortura diaria peor?

Viernes, 28 de enero de 2.000

Ya es viernes, y a estas horas (las 9 de la noche) montones de jóvenes salen en busca de su ración de diversión semanal. Suele pasar la misma gente, pero siempre hay algo nuevo que logra llamar mi atención.

Sábado, 29 de enero de 2.000

Horizontal, siete letras: pesar del bien ajeno

Domingo, 30 de enero de 2.000

La televisión los fines de semana es aún peor. Mientras comía hacía zapping intentando encontrar algo que no fuera deporte o alguna película de mujer-mata-al-marido-y-se-lía-con-el-perro-que-al-final-secuestra-a-su-hija. No ha sido posible, pero por lo menos me he reído un rato, porque el abogado de la peli era igual que mi profesor de latín de COU. El tío era un cachondo, siempre le sacaba gracia a todo. Quizá fue lo único bueno de lo poco que puedo recordar de mi último año en clase.

Martes, 1 de febrero de 2.000

Hoy ha llegado el último disco que pedí. Es una emoción especial cuando llegas al buzón y ves el sobre marrón a través de la ventanita que hay en la puerta, porque sabes que algo importante de tu vida te espera al romper el papel y sacar la golosina que probablemente (aunque pueda equivocarme, pocas veces pasa) llenará mi cabeza de horas y horas de felicidad. Esta vez se trata de una reedición remasterizada de un directo de Charlie Parker en el Hi-hat, incluyendo piezas maestras del bop y del jazz en general como ‘Ornithology’, ‘Cool blues’ o ‘Now´s the time’.

Viernes, 4 de febrero de 2.000

A menudo me pregunto cuánta gente reparará en los crucigramas del periódico. Siempre me han parecido como las patatas fritas. Están ahí, las disfrutas, y una vez que las has acabado no vuelves a pensar más en ello. Se podría incluso decir que son una pérdida de tiempo. Pero el hecho de que haya palabras de por medio, palabras que necesariamente tienen un significado, hace que pueda meter algo de mí mismo en ellos.

Sábado, 5 de febrero de 2.000

Horizontal, nueve letras: informar, dar a conocer algo a otros.

Domingo, 6 de febrero de 2.000

Las estadísticas dicen que el número de católicos practicantes ha bajado drásticamente en los últimos años, pero eso no evita que hoy, como todos los domingos a la una de la tarde se vea pasar por el parque a toda una comitiva de personas que regresan a casa después de misa. Recuerdo que la iglesia está detrás de los primeros edificios que se pueden ver a través de la maraña de árboles que domina el otro extremo del parque. Podrían venir de cualquier otro sitio, pero la mayoría de los rostros reflejan esa relajación que aparece cuando has cumplido con ese compromiso que no te apetecía nada, y ya por fin eres libre para poder hacer lo que más te plazca. Y sin duda eso es mucho mejor que ver a la gente los días de diario, cuando la mayoría camina en solitario, con paso ligero, y con cara de haber dejado más de un asunto pendiente por hacer.

Miércoles, 9 de febrero de 2.000

El miércoles es, desde hace años, el día elegido para solventar esas cuestiones higiénicas que no exigen un cuidado diario y continuado. Entre todo suele llevarme unas dos horas, que suelo intentar, sobre todo ahora en invierno, que sean de noche para poder aprovechar más las horas de luz.

Viernes, 11 de febrero de 2.000

Una de las mejores cosas de los días con sol es tener el parque lleno de pájaros, inundándolo todo de vida y movimiento. Ahí están, revoloteando de un árbol a otro, formando grupos de cuatro o cinco que se deshacen de inmediato para volver a juntarse en otra rama momentos después. Me gusta sobre todo cuando les tiro trocitos de pan al suelo, y al instante aparecen varios a recoger el banquete como si fuera maná llovido del cielo. Es una sensación extremadamente reconfortante, sentirte parte de todo lo que pasa a tu alrededor, y darte cuenta que sin tu intervención, lo que tienes ante tus ojos no estaría ocurriendo.

Sábado, 12 de febrero de 2.000

Vertical, ocho letras: hacer entrar en un grupo, incluir.

Martes, 15 de febrero de 2.000

La habitación de mis padres fue siempre una zona restringida para mí. No es que estuviera prohibido pasar, ni hubo nunca indicación alguna de que era algo que no debía hacer. Simplemente algo dentro me decía que ese no era mi sitio, que no había nada allí que pudiese guiar mis pasos hacia dentro de la habitación que, por otra parte, mis padres sólo usaban para dormir. Quizá era eso lo que le daba un cierto sentido de intimidad a esta estancia que me hacía sentir incómodo. Ahora aquí, sentado una mañana más trasteando con el nuevo circuito del excalectric, te das cuenta de cómo las cosas son solamente de la manera que uno las ve en ese momento, y que eso mismo tiempo después puede haber perdido todas las connotaciones que por un momento parecieron adheridas de manera perenne. Porque la sensación de estar entrando en una zona reservada cada vez que vengo aquí no es más que un recuerdo que como hoy me ha hecho ponerme triste de nuevo.

Viernes, 18 de febrero de 2.000

James Ellroy, nacido en Los Angeles en 1948 y autor de increíbles obras como “Réquiem por Brown”, “Jazz blanco” o “L.A.Confidential” es el único escritor actual de novela negra que se puede considerar digno sucesor de genios intocables como Dashiel Hammett o Raymond Chandler. Ni Patricia Cornwell, ni Frederick Forsyth, ni por supuesto Michael Crichton cuando lo intenta, le llegan a los tobillos con sus folletines baratos escritos directamente para el stand de los best sellers.

Domingo, 20 de febrero de 2.000

La quiero. Sí, si hay algo de lo que estoy seguro en este mundo es de eso, de que la quiero con todas mis fuerzas, y de que hasta el último músculo de mi cuerpo me abandonaría si algo se interpusiera entre nosotros.

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